Contigo Pienso - Domingo de Resurrección

INTRODUCCIÓN

Hoy no es un día cualquiera, celebramos la Pascua del Señor, el acontecimiento más importante para todos los cristianos, ya que con la resurrección de Jesús adquiere sentido toda nuestra fe.
Cuando celebramos la Resurrección de Cristo, celebramos también la liberación de todos nosotros. Celebramos la derrota del pecado y de la muerte. Celebramos el triunfo de la vida.
La Resurrección es fuente de profunda alegría. A partir de ella, los cristianos debemos tener cara de resucitados, demostrar al mundo nuestra alegría porque Jesús ha vencido a la muerte. En esta celebración dominical recordamos de una manera especial esta gran alegría. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo.
La resurrección es luz para los hombres y cada cristiano debe irradiar esa luz a los demás, haciéndoles partícipes de su alegría por medio de sus palabras, testimonio y trabajo. En este tiempo de Pascua que comienza, pidamos, pues, la gracia de hacer brillar esa luz de esperanza en medio de un mundo que no siempre parece apostar por la vida, para que cada vez sean más los que dejen atrás la oscuridad y que puedan cantar con alegría profunda: «¡Ha resucitado!».

PARA PENSAR

Tómate un tiempo y un espacio para ti. Para la reflexión personal puedes coger un cuaderno que tengas por casa, unas hojas, las notas del móvil. Comenzamos con una canción:

En Ti

En Ti, vivo en Ti.
En mí, vives en mí
y muy adentro.
Para Ti y por Ti vivo y sueño,
y en mi vivir en Ti,
a los demás me entrego,
a los demás me entrego en mi vivir en Ti.
Y es que mi más bello poema,
es vivir mi vida en Ti,
es señalar los caminos
y tratar de sonreír.
Y es que mi más bello poema
nace del eco de Tu voz,
nace del calor de las manos
que se unen en Tu amor.
Por eso vuelve a sentir tu rostro
la luz de Dios,
siente en tu vida su canción.
Dios te espera siempre
pues Él te quiere bien.
suelta los hilos de tu cuerpo
que le impiden mover.
Y todas mis canciones,
y todos mis poemas
los dedico a Ti, mi Señor.
En todos los momentos,
en cada verso que pienso
estás conmigo, ¡mi Señor!
¿Dónde? ¿Cómo? ¿En qué «aparece» hoy Dios? Celebramos Su presencia, Su resurrección, Su espíritu. Aparece el amor, aparece la esperanza, aparece la alegría, en rostros amados y amantes, en historias incompletas, en risas compartidas... Aparece un Dios vivo que late en tantos latidos, que gritan y baten formando una sinfonía que ha de llenar el mundo....

UN TEXTO PARA CONOCER Y DESCUBRIR

Los apóstoles Juan y Pedro, las mujeres María Magdalena, María de Santiago y Salomé, son testigos de excepción del milagro de la vida, fueron al sepulcro y lo encontraron vacío. Lo que en un principio fue dolor y tristeza, por la muerte en cruz de su Maestro, se ha convertido en luz, esperanza, alegría y victoria.
Un ángel del Señor, les confirma a las mujeres, la esperada noticia: «El ángel dijo a las mujeres: "Vosotras no temáis. Sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí; ha resucitado como había dicho. Acercaos a ver el lugar donde yacía. Después id corriendo a anunciar a los discípulos que ha resucitado y que irá por delante a Galilea; allí lo veréis. Éste es mi mensaje"» (Mt 28, 5-7).
En un principio todo fue confusión y temor, incluso incredulidad como lo que sucedió con Tomás, y era apenas lógico sentir miedo después de lo que padeció Jesús, a manos de sus verdugos. Quizá eso mismo hizo que se cerraran los corazones y que algunos no fueran capaces de ver lo que sucedió. El hijo de Dios, venció la muerte y con Él, todo su pueblo.
Por eso en cada Semana Santa, el día de gozo es el Domingo de Resurrección, es una fiesta de la que participa toda la Iglesia, tal como lo afirma el Papa Francisco, <<Es el misterio de la piedra descartada; que termina por ser el fundamento de nuestra existencia>>.
En un mundo en donde lo que no se cree útil se desecha, esa piedra descartada es hoy fuente de vida, por eso y siguiendo el ejemplo de Cristo, todos estamos llamados a ser pequeñas piedras que multipliquen el mensaje, la esperanza y el amor en Jesús. En medio de tanta calamidad hay un mejor futuro, que le da sentido a nuestra existencia. El Mesías ha resucitado.
Todo aquel que crea y siga fielmente a Jesús, aunque el mundo cambie, aunque todo parezca perdido y la lucha se convierta en ese remar contra corriente, será salvo. Cada persona está llamada desde su cotidianidad, desde su papel en la sociedad a ser instrumento del Señor, a llevar la buena nueva siendo coherentes entre lo que se dice y se hace.
De la manera más humilde, pero con fe inquebrantable, celebramos hoy, como hace dos mil años, el triunfo de Jesús, sobre la muerte, las cadenas del pecado que nos hacían esclavos se han roto y por la gracia y misericordia de Dios, estamos invitados a ser parte de su reino y a gozar de vida eterna. Hoy la Iglesia canta y grita: ¡Cristo Vive!

PISTAS PARA LA REFLEXIÓN

  • ¿Cuál es mi Dios resucitado, mi Dios de la esperanza?
  • ¿Soy signo de esperanza para los que me rodean? ¿Cómo?
  • ¿Eres fuente de vida para los demás? 
  • ¿Cómo puedo ser testimonio de Jesús resucitado?
  • ¿Dejamos que Dios Resucitado se nos haga presente en nuestra vida? ¿Cómo?
  • ¿Somos coherentes entre lo que decimos y hacemos?
  • ¿Cómo transforma el amor de Dios nuestras vidas?
                              

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