Contigo Adoro - Viernes Santo

LA ORACIÓN EN VÍDEO

LA ORACIÓN EN TEXTO

MOTIVACIÓN

El Viernes Santo es un día que está muy centrado en la Cruz. Os pedimos que ambientéis con una cruz y una vela o linterna el espacio en el que vais hacer la adoración ante la Cruz. 


Respira lenta y profundamente. Siente el latir de tu corazón, es el don de la vida que Dios Padre te regala. Deja crecer en ti el silencio, la paz… Procura el silencio interior, elimina miedos, prisas… Sé consciente que Dios está contigo, a tu lado, dentro de ti, más dentro de ti que tu mismo. Vas a estar con Él sin prisas, a hablar con él con paz y tranquilidad, a escuchar lo que él quiera decir a través de su de la adoración de la cruz.
Ponemos nuestra mirada en Jesús, en la cruz, en Aquel que pasó por la vida haciendo el bien hasta la cruz. Lo contemplamos con la mira puesta en el Padre, en silencio y una soledad sonora. Contempla el amor que refleja la cruz. Un amor por ti, por la humanidad doliente. Mírale, contémplale y sé consciente de que hay una relación desigual entre nuestras de consideraciones y la bondad de Dios. Él nos ama sin límites, nuestro es amor es limitado. El es fiel en todo momento, nuestra fidelidad se quebranta por mínimos. Desde ahí nos unimos al canto pidiéndole perdón.
Perdón (Almudena Hernández)

Perdón Señor, dame valor

para verme por dentro
y ver mi falta de amor.

(Silencio)
Toma entre tus manos algo que no tenga vida: una flor marchita, una hierba seca de la maceta… un acontecimiento que pasó… Contémplalo.
Trata de identificarte con ello y sentir su misterio: su dolor, su fecundidad, su esperanza. Sentir la compasión… lo que fue, lo que hizo, lo que sirvió… y puedes ir más allá.
Haz lo mismo con tu vida. Revive cualquier acontecimiento de tu pasado que te haya producido dolor, aun aquellos cuya herida aún esté vida: resentimiento, amargura, rencor… este es el momento para comenzar a sanar:
  • Contempla los hechos con perspectiva, ya lejanos… y examina si algo positivo dejaron en ti. Si te hicieron más humilde, más compresivo con los demás.
  • Busca y encuentra la presencia del Señor en dicho acontecimiento. Imagina Al Señor participando en él…
  • Ponte ante Cristo muriendo en la cruz, y si te atreves, preséntale tu problema, tus dolores no sanados …., y compara 
  • Ahora, preséntale el dolor de la humanidad, el dolor de nuestro mundo por un virus intruso… y ponlo todo en sus manos.
Sé consciente de los sentimientos que provoca en ti, la canción Dios ha muerto.
Dios ha muerto,
ha muerto la vida
y, con Él, se va mi vida,
mi vida, mi vida.
Muere la Vida.
https://soundcloud.com/instituto-calasancio-hijas-de-la-divina-pastora/dios-ha-muerto
(Silencio) 
La fidelidad, aunque duela, nos llena de alegría verdadera. Nuestra esperanza no es simplemente sobrevivir. Vivir no es caminar hacia la muerte, sino peregrinar hacia Dios. 
Delante de su cruz, delante de tu cruz. Mira la humanidad doliente de nuestro mundo y pídele que te ayude a comprender el misterio de su amor: ¿por qué así? ¿por qué de esta manera? ¿qué profundo secreto guarda la entrega, la generosidad sin límites, el servicio sin condiciones…? Pídele que te asocie a su pasión y que te haga sensible, compasivo al dolor de los que sufren.
(Silencio)
Para terminar una poesía y una canción: 
Crucificadas
Crucificadas las esperanzas de quien se atrevió
a adentrarse en la entraña de la vida.
Los sueños de paz.
La verdad, crucificada en nombre de lo conveniente.
Crucificado el amor que no supimos entender.
Cruces, cruces en las veredas de la historia,
en los pozos del desconsuelo.
Cruces y gritos que rasgan el cielo
sin encontrar más eco que el silencio.
No desesperemos, pese a todo, contra viento y marea,
contra pecado y orgullo, contra egoísmo y cerrazón.
Dios abraza la cruz para derribarla
la callada no es su respuesta;
y la vida espera, pujante,
para vaciar los sepulcros de una vez por todas.
(Jose María Rodríguez Olaizola, sj)
 



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